Registro completo de la obra:
<< Volver al índice de títulos

En la escritura sobre la representación en Lima de la obra Santa Juana de la Cruz se atribuye la autoría de la misma a Luis Vélez de Guevara. Aunque en el documento que recoge los títulos del repertorio de Antonio de Morales no se indica explícitamente que se trata de comedias, la mayoría de piezas mencionadas en la escritura son comedias. Por ello Lohmann deduce que también en el caso del título que nos ocupa se trataría de una comedia, que califica de “desconocida”. En los catálogos clásicos que hemos manejado no hallamos constancia alguna de la composición de una comedia titulada Santa Juana de la Cruz por parte de Vélez de Guevara[[ (MC; GaH; Art; BL; Faj; MeR; Sal)]], título que tampoco figura en los estudios específicos de Cotarelo y Spencer-Schevill sobre el citado dramaturgo[[ (CM10; SS)]]. Desconocemos, por tanto, si se trata efectivamente de una comedia compuesta por Vélez de la que no nos consta la existencia de testimonios conservados ni manuscritos ni impresos[[ (PM; SiP; MCh; Fa1; Moll; BS; MPR; CG; VE)]], o bien puede haber algún error en la atribución de este título a Vélez, que figura en el documento. También debe señalarse que Tanto Tirso de Molina como Bernardo de Quirós compusieron obras que abordan la figura de Santa Juana de la Cruz, y que una comedia también titulada Santa Juana de la Cruz se representó en 1612 y 1614: para más información, véanse los registros correspondientes en CATCOM. En el supuesto de que la atribución a Vélez fuera fiable, como indicábamos anteriormente, en la escritura de Lima no se señala explícitamente que las piezas del repertorio de Antonio de Morales fuesen comedias. En este sentido, conviene recordar que Luis Vélez de Guevara compuso un auto titulado La abadesa del cielo, uno de cuyos ejemplares se conserva manuscrito en la BNE[[ (CM10, 428-29; SS, 303-10; AM1, 230)]]. El auto de Vélez está protagonizado por una abadesa llamada Juana, que desarrolla el motivo tradicional del abandono del convento por parte de una religiosa para gozar de un galán que la seduce, pero nadie nota su ausencia porque la sustituye en sus funciones la Virgen. A pesar de la coincidencia en el nombre de la protagonista, del hecho de que Juana Vázquez (Santa Juana de la Cruz) adquirió notable fama como abadesa del monasterio de Santa María de la Cruz y de la indudable devoción por el Rosario de sor Juana de la Cruz, no tenemos constancia de que la leyenda tradicional que desarrolla Vélez en su auto se asociase a la figura de Santa Juana de la Cruz. Por ello, con los datos con que tenemos en estos momentos, no podemos establecer identificaciones entre la representación que nos ocupa de Santa Juana de la Cruz y el auto veleciano.