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Don Gil de las calzas verdes es obra de Tirso de Molina. El propio Tirso en sus Cigarrales de Toledo (Madrid, 1624), hace mención de la comedia, cuando achaca el fracaso de muchas obras, al ser llevadas a las tablas, a la falta de correspondencia entre las cualidades físicas que exigía el papel femenino y las de la actriz que encarnaba al personaje, evocando implícitamente el estreno de su comedia Don Gil de las calzas verdes por parte de la compañía de Pedro de Valdés, y aludiendo probablemente, sin mencionarla, a Jerónima de Burgos, que representó el papel femenino en su estreno: "¿Quién ha de sufrir, por extremada que sea, ver que habiéndose su dueño desvelado en pintar una dama hermosa, muchacha, y con tan gallardo talle que, vestida de hombre, persuada y enamore la más melindrosa dama de la corte, salga a hacer esta figura una del infierno, con más carnes que antruejo, más años que un solar de la Montaña y más arrugas que una carga de repollos, y que se enamore la otra y le diga: ¡ay, qué don Gilito de perlas!, ¡es un brinco, un dix, un juguete del amor!?"[[ (Tirso de Molina, Cigarrales de Toledo, ed. de Luis Vázquez Fernández, Madrid, Castalia, 1996, pp. 451-52)]]. A pesar de lo afirmado por Tirso, la obra tuvo éxito, pues Lope de Vega, en carta al duque de Sessa de 25-26 de julio de 1615, se refería a su estreno por esas fechas en Madrid, y a la gran cantidad de “auditorio” que acudía a verla, aunque el fénix la calificaba en privado ante el duque como una “desatinada comedia”[[ (Ep, III, 205-07; GS, 145, 162-63 n. 82, 164)]]. Todos los catálogos clásicos atribuyen la obra al mercedario sin vacilar[[ (Art, 112v; MeR, XXXI; GaH, 59; MC, 34; Faj, 17r; BL, 388-89; Sal, 524; (UT, 627)]]. Según Hesse, existe una copia manuscrita de la comedia en la biblioteca de San Petersburgo y también varias sueltas de las cuales la más temprana es de 1734[[ (Hes, 794, 808-09)]]. Se publicó por primera vez en la Parte 4 de Tirso (Madrid, María de Quiñones, 1635).