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El auto El príncipe de la luz y el lucero de la noche, también conocido como El príncipe de la paz o El príncipe de la paz y transformaciones de Celia, se considera obra de Antonio Mira de Amescua, aunque también se ha atribuido a Lope de Vega[[ (VR, 141)]]. Al dar cuenta de la noticia de representación de 1619 que recogemos en el calendario, Sánchez Arjona la relacionó con el auto conocido con el título El príncipe de la paz, afirmando que se trata de una obra de Lope de Vega. La identificación entre títulos es correcta y se fundamenta en los detalles escenográficos que detalla la documentación del Corpus sevillano y que coincide con el texto de dicho auto. Sentaurens señaló que se trata de un auto de atribución dudosa, cuya paternidad podría atribuirse tanto a Lope como a Mira de Amescua[[ (SA, 202, 208; Se, 844, 861, 863, 891, n. 70, 1137-38 n. 191, 192, 1267, 1130 n. 139)]]. Arteaga y Mesonero Romanos atribuyen el auto a Mira de Amescua[[ (Art, 429r; MeR, XLIV)]]. Se conserva una copia manuscrita de este auto con el títuo El príncipe de la paz a nombre de Mira de Amescua en la British Library bajo la signatura Egerton MS 548, folios 316-339r[[ (Manos)]]. Por su parte, Salvá poseyó un manuscrito de este auto con el título El príncipe de la paz y transformaciones de Celia, con atribución a Lope de Vega y con la indicación que se representó en la fiesta del Corpus de Madrid de 1629[[ (Sal, 536)]]. Esta referencia luego fue recogida por La Barrera y Alenda y Mira en sus catálogos[[ (BL, 437; AM1, 94-95)]]. No tenemos constancia de la localización actual de este segundo manuscrito, cuya atribución a Lope resulta problemática a falta de mejores pruebas. Por último, un auto homónimo se representó en Sevilla en 1586, que no debe confundirse con el que nos ocupa.