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La identificación de la obra citada como La pérdida del rey Sebastián es problemática. No conservamos ningún testimonio de una comedia con ese título exacto, y tampoco se cita como tal en ninguno de los catálogos clásicos manejados, salvo para dar cuenta de la noticia de 1622 (recogida en nuestra cronología) como hace La Barrera, que menciona La pérdida del rey don Sebastián como obra anónima[[ (BL, 572; UT, 111; F, IX, 184)]]). Por otro lado, ni siquiera podemos estar del todo seguros de que las dos noticias de representación aludan necesariamente a la misma obra: existen diversas comedias sobre el célebre rey portugués, que presentan además numerosas variantes en sus respectivos títulos. Procedamos, pues, a repasar las atribuciones más plausibles. En primer lugar, podría tratarse de la obra que Lope de Vega publicó en la Parte 11 de sus comedias (Madrid, Viuda de Alonso Martín de Balboa, 1618) como El bautismo del príncipe de Marruecos, a la que se suele conocer también con títulos como El rey don Sebastián o La tragedia del rey don Sebastián, entre otros (para más detalles sobre esta comedia, véase la entrada de CATCOM correspondiente al título El rey don Sebastián). Por otro lado, la comedia aludida podría ser obra de Vélez de Guevara, de la que se conservan dos testimonios: una copia manuscrita de la BNE (sign. Ms. 15.291), escrita por varias manos del siglo XVII (entre ellas la del licenciado Francisco de Rojas), sin atribución alguna y con el título de La jornada del rey don Sebastián en África[[ (PM, 272, 479; SS, 246-247; Herzog, “Comedia famosa”, 5-24; UT, 702. 705)]]; y un impreso conservado en un tomo facticio, hoy custodiado en la Universitätsbibliothek de Freiburg, que perteneció a Schaeffer y que carece de portada y preliminares, pero que, según Profeti, se correspondería con la Parte 21 de la colección de Diferentes autores, y que se habría publicado en la segunda mitad de los años veinte del siglo XVII[[ (CM10, 416; SS, 243-247; Pr, 21-27; Herzog, “Comedia famosa”, 5-24; Manson y Peale, “La jornada”, pp. 46-47)]]. El testimonio impreso, que lleva por título El rey don Sebastián, atribución a Vélez y la indicación “Representola Riquelme”, se conserva asimismo en un ejemplar desglosado en la BNE[[ (Manson y Peale, “La jornada”, pp. 45-48)]]. Los editores modernos de la pieza, Werner Herzog y, más recientemente, Manson y Peale, consideran que el testimonio manuscrito es más completo y cercano al original[[ (Herzog, “Comedia famosa”, 5-24; Manson y Peale, “La jornada”, pp. 45-48)]]. En cuanto a la presencia de la obra de Vélez en los catálogos clásicos manejados, solo figura en los de Mesonero y Arteaga, en ambos casos como El rey don Sebastián, es decir, con el título transmitido por el impreso[[ (Art, f. 319r; MeR, XLV)]]. En lo que respecta al título del manuscrito, La jornada del rey don Sebastián en África, entre los catálogos clásicos solo aparece en La Barrera y Arteaga, en ambos casos como anónimo[[ (Art, f. 197v; BL, 557)]]. Sí se citan ambos títulos, con atribución a Vélez, en el catálogo moderno de Urzáiz[[ (UT, 702, 705)]]. Volviendo a las noticias de representación, otra posibilidad es que la comedia aludida sea El rey don Sebastián y portugués más heroico, conocida también simplemente como El rey don Sebastián, que se conserva en dos manuscritos de la BNE (signaturas Ms. 15.695 y Ms. 17.220) y se imprimió en la Parte 19 de la colección de Comedias Escogidas (Madrid, Paco de Val, 1663), en los tres casos con atribución a Francisco de Villegas, pero que también suele atribuirse a Juan Bautista de Villegas (para más detalles sobre esta obra, véase la ficha de CATCOM correspondiente al título El héroe de Portugal). Finalmente, aparte de las ya mencionadas, en el Siglo de Oro se escribieron otras comedias sobre el monarca portugués, de las que se sabe más bien poco, como La jornada del rey don Sebastián, de Vicente Mascareñas, o La tragedia de la muerte del rey don Sebastián, de Jorge de Meneses, citadas ambas por La Barrera[[ (BL, 238, 557, 566)]]. Se tiene constancia asimismo de una obra titulada El rey don Sebastián fingido, que habría escrito Diego Duque de Estrada.